Después del verano… Empiezan nuevos propósitos, nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos trabajos… O siguen los antiguos propósitos, proyectos, trabajos…
Cambiemos o no nuestro entorno sí nos hace observar novedades. Abren los colegios, cambia la publicidad en la televisión, cambia la luz, el humor de algunos compañeros… Incluso si hiciéramos un Storify de los comentarios de Twitter en junio y otro ahora, podríamos observar muchos cambios.
No sé si por la inercia de mi entorno, por el final de las vacaciones o por seguir buscando, también ha habido cambios en este blog. No son cambios importantes, no de filosofía sino simplemente cambios estéticos. De forma, no de fondo. Ya veremos qué tal va esta nueva temporada (como se dice con las series de policías en la televisión).
Y para inaugurar “nueva temporada” voy a hacer un post para el curso de Artica que acabo de empezar, sobre “Arte y cultura en circulación“.
Como primer ejercicio debo encontrar algún artículo que se refiera a los derechos de autor. Pues bien he encontrado uno que me ha parecido interesante y a la vez curioso: ¿Tienen derechos de autor las playlist de Spotify?
Parece que la pregunta está en manos de los tribunales pero la empresa denunciadora, Ministry of Sound, cree que sí. Que el usuario que coge obras musicales de aquí y de allí y las une en una lista también hace una creación personal y por tanto, ésta nueva creación debe estar protegida. ¿Vosotros qué opináis?